Barcelona – ¡El Camp Nou tiembla de emoción! La visita secreta de Lionel Messi al estadio blaugrana el domingo pasado ha desatado un torbellino de rumores que podría culminar en el regreso soñado de la Pulga. El argentino de 38 años, actual estrella del Inter Miami, publicó fotos en Instagram desde las gradas en obras del Spotify Camp Nou con un mensaje que caló hondo: «Anoche regresé a un lugar que extraño con toda el alma. Espero poder volver algún día, no solo para despedirme como jugador…». Pero lo que ha encendido las redes y los despachos de la directiva no es solo nostalgia: fuentes cercanas al jugador aseguran que Messi ha aceptado verbalmente un retorno al FC Barcelona en el mercado de invierno de 2026, ¡con una sola condición que ha puesto en jaque a Joan Laporta!

Todo comenzó con esa visita sorpresa, no anunciada ni siquiera al club. Messi aterrizó en Barcelona de incógnito, acompañado solo por su familia, para inspeccionar las reformas del estadio –cerrado desde 2023– y, según The Athletic, para tantear el terreno de un posible regreso. El ’10’ argentino, que dejó el Barça en 2021 con lágrimas en una rueda de prensa inolvidable por problemas financieros, nunca ocultó su amor por el club donde ganó 35 títulos y marcó 672 goles. «Mi idea en Europa siempre fue volver a Barcelona», confesó en una entrevista con Sport poco después de firmar por el PSG. Ahora, con su contrato en la MLS expirando en diciembre de 2025, una cláusula especial le permite un préstamo durante la offseason para mantenerse en forma de cara al Mundial 2026.

El bombazo: tras la visita, Messi se reunió en privado con Laporta y Deco en un hotel discreto de la ciudad. Allí, según filtraciones de ESPN y Marca, la Pulga dio su ‘sí’ a un acuerdo de cesión por seis meses, desde enero hasta junio de 2026. Imagínenlo: Messi de vuelta en LaLiga, jugando en el renovado Camp Nou para su despedida soñada, asociándose con Lamine Yamal y un Hansi Flick que sueña con Champions. Los aficionados culés ya lo celebran en las calles de Les Corts, con cánticos de «¡Messi, Messi!» resonando hasta en las obras del estadio. En redes, #MessiVuelve es tendencia global, con memes de la Pulga driblando de nuevo a defensas catalanas.

Pero aquí viene la tensión: la única condición de Messi. El rosarino exige un rol de liderazgo total en el vestuario, no solo como jugador, sino como mentor de los jóvenes. Quiere libertad para diseñar entrenamientos personalizados, influir en las tácticas y, sobre todo, un homenaje oficial que incluya un partido tributo con excompañeros como Xavi, Iniesta y Busquets. «Leo no quiere ser un suplente simbólico; busca cerrar su ciclo como ídolo activo», revelan insiders a beIN Sports. Laporta, que prometió en 2021 «soluciones imposibles» para retenerlo y falló, ve en esto una oportunidad de redención, pero la directiva está dividida. Deco, director deportivo, apoya el fichaje por el impacto mediático y económico –se habla de 50 millones en merchandising solo en el primer mes–, pero otros ejecutivos temen que el salario de Messi (estimado en 20 millones netos por semestre) desequilibre el fair play financiero de LaLiga, aún frágil tras años de crisis.
«Es un sueño, pero con riesgos», admitió Laporta en una llamada filtrada. Flick, por su parte, está eufórico: «Messi elevaría nuestro juego un 200%». El entrenador alemán ya fantasea con un tridente Yamal-Messi-Raphinha, y hasta ha pedido a la directiva que acelere negociaciones con Inter Miami, dispuestos a cederlo a cambio de una extensión contractual para Leo en la MLS post-Mundial.
La familia Messi también pesa: Antonela y los hijos extrañan Barcelona, donde tienen una mansión en Pedralbes. «Queremos volver a vivir allí», dijo Leo en Diario Sport. Sin embargo, el Inter Miami, con dueños como Beckham, no pondrá trabas si garantizan minutos para el argentino de cara a su último gran torneo.
Este ‘terremoto catalán’ ha paralizado a rivales como el Real Madrid, que ven en el regreso de Messi una amenaza directa al liderato liguero. Los culés, tras un inicio irregular de temporada (sextos con 20 puntos), sueñan con un revulsivo que devuelva la magia. ¿Se cumplirá? Las negociaciones avanzan en secreto, pero la condición de Messi podría ser el escollo. Si Laporta cede, enero de 2026 será histórico; si no, el adiós quedará en ‘qué hubiera pasado’.
Messi, en su post de Instagram, añadió: «El Barça es mi casa. Solo falta el sí definitivo». La directiva tiene hasta Navidad para decidir. Cataluña contiene la respiración.