La segunda mitad del partido Barcelona – PSG comenzó con la misma intensidad que la primera y, una vez más, Lamine Yamal fue el protagonista de la acción.

Tras causar estragos en la defensa durante los primeros 45 minutos, el joven prodigio de 18 años retomó el juego donde lo había dejado. Corriendo por la banda derecha, Yamal se abrió paso por el centro, superando a uno, dos y luego a tres jugadores del PSG. Al acercarse al área, Nuno Mendes intervino desesperadamente, tocándolo. Antes de que Yamal pudiera recuperarse, Fabián Ruiz lo empujó de nuevo, tirándolo al suelo justo fuera del área.
El banquillo del Barcelona estalló. La multitud de Montjuïc rugió. ¿Y Yamal? Se puso en modo árbitro.
Todavía en el suelo, gesticuló frenéticamente para pedir la tarjeta amarilla, imitando los gestos del árbitro con las manos. El mensaje era claro: es una segunda tarjeta amarilla, debe ser expulsado.
Pero el árbitro no cedió.
A pesar de la obvia doble falta y de que Mendes ya estaba al borde del abismo, no se mostró la segunda tarjeta amarilla. El PSG respiró aliviado. Los jugadores del Barcelona rodearon al árbitro en protesta, mientras que Yamal parecía atónito por el fracaso de su jugada.
El marcador sigue 1-1, pero la tensión es palpable. El Barcelona cree que debe jugar con diez contra once. El PSG aprovecha sus oportunidades. ¿Y Lamine Yamal? Ha pasado de estrella a árbitro asistente titular, y da la sensación de que no parará hasta que le muestren la tarjeta roja.
VÍDEO: Lamine Yamal brilla desde el inicio del partido Barcelona-PSG con una espectacular carrera