INSATISFACCIÓN: Max Verstappen utilizó públicamente las redes sociales y envió mensajes directos al equipo Alpine después de la carrera, provocando agitación interna y obligando a Flavio Briatore a tomar una decisión urgente tras el GP de Singapur, desatando un terremoto en la comunidad de la F1.

El Gran Premio de Singapur 2025 no solo dejó emociones fuertes en la pista, sino también fuera de ella. Lo que parecía ser un fin de semana más en el calendario de Fórmula 1 se transformó en un auténtico escándalo cuando Max Verstappen, visiblemente frustrado por el desarrollo de la carrera, decidió expresarse públicamente en redes sociales con mensajes dirigidos al equipo Alpine.

Según fuentes cercanas al paddock, el tricampeón del mundo habría mostrado su descontento por algunas maniobras polémicas de los pilotos de Alpine, que —según él— afectaron directamente su estrategia de carrera. Verstappen publicó un mensaje en su cuenta oficial diciendo: “No se puede competir limpiamente cuando algunos equipos prefieren bloquear en lugar de correr”, acompañado de un emoticono de enfado y una imagen del momento en el que uno de los Alpine le cerraba el paso.

Pero el verdadero terremoto comenzó cuando se supo que el piloto neerlandés también envió mensajes privados a varios miembros del equipo Alpine, incluidos ingenieros y directivos. Los mensajes, descritos por algunos medios como “contundentes pero respetuosos”, generaron un fuerte debate interno dentro de la escudería francesa.
Ante la creciente tensión, Flavio Briatore, actual asesor especial de Alpine y figura clave en la gestión del equipo, decidió intervenir personalmente. Fuentes cercanas al entorno de Briatore afirman que el italiano convocó una reunión de emergencia inmediatamente después de la carrera para analizar la situación y evitar que el conflicto escalara. “Flavio estaba furioso, pero también consciente de que la situación podía dañar la imagen del equipo”, comentó un periodista presente en el paddock.
Briatore, conocido por su carácter fuerte y su habilidad para manejar crisis, habría pedido a los pilotos de Alpine mantener la calma y evitar declaraciones públicas que pudieran alimentar aún más la polémica. A su vez, contactó con representantes de Red Bull para aclarar el malentendido y rebajar la tensión entre las partes.
El incidente rápidamente se volvió viral. En pocas horas, las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo a Verstappen, mientras otros lo acusaban de haber perdido la compostura. Los hashtags #VerstappenVsAlpine y #SingaporeGPDrama se convirtieron en tendencia mundial.
A pesar del caos mediático, tanto Red Bull como Alpine publicaron comunicados oficiales en tono diplomático, afirmando que “todo formaba parte de la pasión y la intensidad que caracterizan a la Fórmula 1”. Sin embargo, dentro del paddock muchos consideran que este episodio deja entrever tensiones más profundas entre equipos y pilotos en un campeonato cada vez más competitivo.
El gesto de Verstappen, aunque polémico, ha vuelto a demostrar por qué es uno de los personajes más intensos y apasionados del deporte. Y mientras Briatore intenta apagar el fuego, el mundo entero observa expectante el próximo capítulo de esta nueva guerra en la Fórmula 1 moderna.