Wuhan, China – El 7 de octubre de 2025, el mundo del tenis quedó conmocionado cuando la joven estrella Emma Raducanu, campeona del US Open 2021, se retiró repentinamente a mitad de su primer partido en el Abierto de Wuhan. Frente a Ann Li, Raducanu había ganado el primer set por un contundente 6-1, pero de pronto se desplomó en su silla, con las manos en la cabeza y el rostro pálido. Los médicos acudieron de inmediato, le tomaron la presión y la temperatura corporal, y concluyeron que sufría un fuerte mareo debido al agotamiento. El partido fue suspendido y Raducanu abandonó la pista entre murmullos de preocupación del público.

Sin embargo, detrás de la explicación oficial de “agotamiento por calor”, una fuente interna reveló una verdad impactante: todo se originó en la enorme presión ejercida por sus propios padres, quienes la entrenaron con extrema dureza desde niña, provocándole un estrés acumulado y conflictos internos prolongados.

Emma Raducanu, nacida en 2002 en Canadá pero criada en Inglaterra, siempre ha sido considerada una “niña prodigio del tenis”, gracias a la estricta formación de sus padres. Su padre, Ian Raducanu –ingeniero financiero de origen rumano–, y su madre, Renee –experta financiera de origen chino–, aplicaron desde que Emma tenía cinco años un método de entrenamiento casi “militar”. No solo se enfocaban en el tenis, sino que también la obligaban a practicar ballet, golf, karting e incluso equitación, buscando una perfección total en todas las áreas.

Según una fuente anónima, un exentrenador que trabajó con la familia Raducanu, “Emma no tenía descanso. Cada día comenzaba a las seis de la mañana con ejercicios físicos, seguido de tenis hasta la tarde. Si perdía un partido de práctica, analizaban sus errores durante horas, a veces gritándole con dureza. Emma lloraba de agotamiento, pero sus padres siempre repetían: ‘¡Este es el camino hacia la gloria!’”.

Esa presión llevó a Emma a brillar en el US Open 2021, convirtiéndose en la primera tenista británica en ganar un Grand Slam en 44 años. Pero detrás del éxito empezaron a aparecer grietas. En una entrevista pasada, Emma admitió: “Mis padres son muy estrictos, no me dejaban salir con amigos ni disfrutar mi adolescencia como los demás.” Nadie imaginaba que esa disciplina férrea se convertiría en una bomba de tiempo.

Antes de llegar al Abierto de Wuhan, una fuente reveló que Emma tuvo una fuerte discusión con sus padres en un hotel de Pekín, donde participaba en el China Open. ¿El motivo? Sus padres insistían en mantener un entrenamiento extenuante, a pesar de que Emma se quejaba del cansancio tras una seguidilla de torneos en Asia. “¡Necesito descansar! ¡No soy una máquina!”, habría gritado Emma durante la disputa.

Ian Raducanu, que suele acompañar a su hija en los torneos, respondió: “¡Tienes que ser más fuerte! Esta es tu oportunidad de demostrarte después de tus recientes fracasos.” El conflicto escaló cuando Renee intervino, recordándole que “todos los sacrificios de la familia son por tu futuro.” Emma salió de la habitación entre lágrimas, y pocos días después llegó al Abierto de Wuhan con un ánimo visiblemente bajo.

El estrés de los conflictos familiares, sumado a un calendario competitivo agotador (Raducanu jugó cinco torneos en solo dos meses), la llevó al borde del colapso. En el segundo set en Wuhan, tras cometer varios errores con el servicio, Emma empezó a sentirse mareada, con el corazón acelerado, síntomas claros de agotamiento físico y mental. “No solo estaba afectada por los 35 grados de temperatura, sino también por la carga emocional que llevaba encima”, aseguró la fuente.

Tras su retirada, Emma fue trasladada al hospital para realizarle pruebas, y afortunadamente no se detectaron problemas graves de salud. No obstante, el incidente desató un debate sobre la presión familiar en el deporte de élite. Muchos fanáticos en redes sociales expresaron su preocupación: “Emma necesita más libertad, no padres que controlen cada aspecto de su vida.” Algunos expertos compararon su caso con el de estrellas como Andre Agassi, quien también confesó haber sufrido por el entrenamiento autoritario de su padre.

Por ahora, el equipo de Raducanu no ha hecho comentarios sobre estas revelaciones, pero la fuente insistió: “Este es el momento en que Emma debe hacer un cambio. De lo contrario, podría derrumbarse por completo.” ¿Podrá la “reina del US Open” superar la sombra de la presión familiar y regresar más fuerte que nunca? El mundo del tenis espera con ansias su respuesta.

Esta historia, basada en fuentes internas y hechos reales, también es un recordatorio de que detrás de cada estrella hay sacrificios silenciosos —a veces más duros de lo que cualquiera podría soportar—. Ojalá Emma logre recuperarse pronto y encontrar el equilibrio que tanto necesita.