¿Podemos volver por nuestro hijo? Sé que me equivoqué —la declaración dejó atónitos a todos los presentes en la fiesta privada de Shakira. Incrédulos, lo que él dijo sonaba como una vieja película repetida. Shakira no paraba de reír, mientras él la miraba con ojos suplicantes y una sonrisa repulsiva. La respuesta de Shakira lo hizo saltar de alegría… pero, de inmediato, se quedó helado y salió corriendo al instante.

La escena ocurrió en un exclusivo evento privado celebrado en Barcelona, donde Shakira había reunido a un círculo muy selecto de amigos, artistas y empresarios para celebrar el lanzamiento de un proyecto personal. Nadie esperaba que en medio del ambiente festivo apareciera una figura del pasado, un hombre cuya relación con la cantante había quedado marcada por la polémica y el dolor. Su entrada, casi cinematográfica, provocó murmullos inmediatos, pero lo que vino después dejó a todos en estado de shock.

En un silencio repentino, con una copa en la mano y una expresión nerviosa, él se acercó a la artista. Con voz temblorosa pero lo suficientemente alta para que todos la escucharan, lanzó una súplica que sonó más a guion de telenovela que a confesión real: “¿Podemos volver por nuestro hijo? Sé que me equivoqué”. El aire se volvió denso, las miradas se cruzaron incrédulas y algunos invitados incluso pensaron que se trataba de una broma.

Sin embargo, la reacción de Shakira dejó claro que no había ningún libreto preparado. La cantante, lejos de mostrarse conmovida, soltó una carcajada que retumbó en el salón. Su risa, cargada de ironía y desprecio, dejó al descubierto que no había ni un mínimo de posibilidad de reconciliación. Mientras ella se reía sin parar, él mantenía los ojos fijos en ella, suplicando con la mirada, pero acompañado de una sonrisa que muchos describieron como perturbadora y repulsiva.
La tensión subió de nivel cuando Shakira finalmente respondió con unas palabras que, según testigos, fueron tan cortantes como inesperadas. No se ha revelado la frase exacta, pero se sabe que fue lo suficientemente poderosa como para hacer que él, primero, diera un salto de euforia, creyendo que había conseguido lo que buscaba, y luego, en cuestión de segundos, se quedara helado, con el rostro desencajado, antes de salir corriendo del lugar ante la mirada atónita de todos.
Los invitados, todavía conmocionados, no han dejado de comentar la escena en círculos privados. Algunos la describen como un espectáculo surrealista, otros como una muestra más del carácter fuerte e inquebrantable de Shakira. Lo cierto es que la artista volvió a demostrar que no se deja manipular por recuerdos ni por promesas vacías.
El episodio, que rápidamente empezó a filtrarse en redes sociales, ha despertado todo tipo de especulaciones sobre el pasado y las verdaderas intenciones de aquel hombre. Pero para quienes estuvieron presentes, lo que ocurrió fue mucho más que un intento de reconciliación: fue un choque frontal entre el pasado y el presente de una estrella que ya no tiene tiempo para mirar atrás.