NOTICIAS DE ÚLTIMA HORA: “¡Que lo vendan o me voy, no puedo seguir jugando con él nunca más, ni siquiera puede pasarme el balón!”, reveló el delantero del Atlético de Madrid, Julián Álvarez, sobre el ÚNICO jugador del Atlético que realmente lo enfureció anoche en el partido contra el Celta de Vigo.

El empate 1-1 del Atlético de Madrid ante el Celta de Vigo en el Estadio Abanca Balaídos ha desatado una bomba en el vestuario colchonero. Julián Álvarez, el delantero argentino que llegó al equipo como una de las grandes promesas del mercado, rompió el silencio con una declaración explosiva que ha sacudido los cimientos del club. En una entrevista exclusiva concedida a un medio cercano al equipo, Álvarez no se contuvo y apuntó directamente a un compañero de plantilla: “¡Que lo vendan o me voy, no puedo seguir jugando con él nunca más, ni siquiera puede pasarme el balón!”. Sus palabras, pronunciadas con visible frustración, revelan un malestar profundo tras el decepcionante resultado de la jornada 8 de LaLiga, donde el Atlético dejó escapar dos puntos valiosos.

El partido contra el Celta, disputado el 5 de octubre de 2025, fue un reflejo de las tensiones internas que azotan al conjunto rojiblanco. Los dirigidos por Diego Simeone se adelantaron tempranamente en el minuto 6, gracias a un autogol de Carl Starfelt que descolocó a la defensa gallega. Sin embargo, la expulsión de Clément Lenglet por doble amarilla en el minuto 40 cambió por completo la dinámica del encuentro. Con diez jugadores, el Atlético resistió como pudo en la segunda mitad, pero Iago Aspas, el capitán del Celta, igualó el marcador en el 68 con un remate preciso que demostró la calidad del equipo local. A pesar de las oportunidades generadas por los gallegos, Jan Oblak se erigió como un muro, salvando al Atlético de una derrota mayor. El empate, aunque salvador en apariencia, dejó un regusto amargo, especialmente para Álvarez, quien apenas contó con balones en condiciones durante el partido.

La declaración de Álvarez no es un arrebato aislado. Fuentes internas del club indican que el delantero, conocido por su profesionalismo y su capacidad goleadora –con ya tres tantos en LaLiga esta temporada–, ha estado acumulando frustraciones durante las últimas semanas. El jugador al que se refiere, aunque no ha sido nombrado públicamente, sería el único que, según testigos del vestuario, provocó un enfrentamiento verbal al final del partido. “No es solo un mal pase; es una falta de compromiso que afecta a todo el equipo”, habría dicho Álvarez en privado, según quienes presenciaron la discusión. Este episodio llega en un momento delicado para el Atlético, que se ubica en la sexta posición de la tabla con 12 puntos, pero con una racha irregular fuera de casa que incluye empates frustrantes como este.

Diego Simeone, el eterno “Cholo”, no tardó en reaccionar a la situación. En su rueda de prensa posterior al partido, el técnico argentino ya había mostrado su descontento, criticando duramente a cuatro jugadores por su bajo rendimiento y anunciando una “limpia” en el próximo mercado de fichajes. “¡Se acabaron los favoritismos, ahora solo importa la calidad de élite!”, exclamó Simeone, en un tono que resonó como un ultimátum. Tras las palabras de Álvarez, el entrenador respaldó implícitamente al delantero, declarando: “Entiendo la frustración de Julián. En este equipo, todos deben remar en la misma dirección. Si alguien no está dispuesto a sacrificarse por el colectivo, no tiene cabida aquí”. Simeone, maestro en manejar vestuarios turbulentos, parece ver en este incidente una oportunidad para reforzar la disciplina que ha sido su sello distintivo durante más de una década al frente del Atlético.

La afición colchonera, siempre apasionada y exigente, ha respondido con una mezcla de apoyo y preocupación. En redes sociales, el hashtag #ÁlvarezSalgamosYa se ha convertido en tendencia, con miles de hinchas respaldando la honestidad del argentino y exigiendo la salida del jugador en cuestión. “Julián es el futuro del Atleti, no podemos permitir que un peso muerto lo frene”, escribió un aficionado en Twitter, reflejando el sentir general. Sin embargo, otros temen que esta grieta interna pueda desestabilizar al equipo en un calendario exigente, con duelos clave en Champions League contra el Eintracht Frankfurt y un derbi contra el Real Madrid a la vista. El Metropolitano, que suele vibrar con la unión del grupo, ahora se pregunta si Simeone podrá apagar este fuego antes de que se convierta en un incendio.

El impacto de las declaraciones de Álvarez trasciende el campo de juego. En el mercado de fichajes invernal, el Atlético podría verse obligado a actuar con rapidez. El club, que invirtió más de 75 millones de euros en el traspaso de Álvarez desde el Manchester City, no querrá arriesgarse a perder a una estrella en ascenso por conflictos internos. Por otro lado, el jugador señalado –posiblemente un veterano de la plantilla– enfrenta una presión sin precedentes. Su rendimiento esta temporada ha sido irregular, con solo un gol en ocho partidos y una tasa de pases completos por debajo del 80%, cifras que contrastan con la media del equipo. Si Simeone y la directiva, liderada por Andrea Berta, deciden venderlo, podría generar ingresos para reforzar otras posiciones, como el mediocampo defensivo, donde el Atlético ha mostrado vulnerabilidades.

Desde su llegada al Wanda Metropolitano, Álvarez ha sido una de las luces del equipo, adaptándose rápidamente al estilo intenso de Simeone y formando una dupla prometedora con Antoine Griezmann. Sus 22 años y su olfato goleador lo convierten en un activo invaluable, pero sus palabras revelan la impaciencia de una nueva generación que busca resultados inmediatos. “No vine aquí para conformarme con empates. Quiero ganar títulos, y para eso necesitamos jugadores que entiendan el sacrificio”, añadió Álvarez en la entrevista, subrayando su compromiso con el proyecto rojiblanco. Esta honestidad, aunque controvertida, podría galvanizar al grupo, recordándoles que en el Atlético de Simeone, la humildad y el esfuerzo son la moneda de cambio.

Mientras el parón internacional se acerca, el Atlético tiene una ventana para reflexionar y recomponer piezas. Simeone, experto en transformar crisis en oportunidades, convocará reuniones individuales para calmar las aguas y reforzar la cohesión. El próximo partido, contra el Villarreal en casa, será una prueba de fuego: ¿podrá el equipo superar esta turbulencia y volver a la senda de la victoria? Por ahora, las palabras de Álvarez han puesto el foco en un vestuario que, pese a sus virtudes, necesita unidad para aspirar a lo grande. En el fútbol, donde las emociones corren tan rápido como los jugadores, este “terremoto” podría ser el catalizador de una resurrección o el preludio de más tormentas. Lo cierto es que el Atlético de Madrid, fiel a su esencia combativa, no se rendirá sin luchar. Y si Álvarez tiene razón, el club hará lo necesario para que el balón llegue a sus botas en los momentos decisivos.

Related Posts

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *