En una revelación inquietante y trágica, Irlanda ha comenzado el proceso de excavación de los cuerpos de 796 niños enterrados en un pozo séptico en una casa para madres y niños en Tuam, en el condado de Galway. Este pozo común se considera el lugar de entierro de los restos de bebés y niños que murieron durante el siglo XX, preguntas excitantes sobre cómo las madres solteras fueron tratadas y sus hijos en las estructuras manejadas por la Iglesia Católica en ese momento.

El descubrimiento es parte de un esfuerzo más amplio para descubrir la verdad sobre lo que les sucedió a miles de niños que murieron en estructuras manejadas por la Iglesia Católica, a menudo en circunstancias horribles. La excavación forense comenzó el lunes y se espera que dure hasta dos años para completarse. Esto marca la primera excavación masiva de este tipo en Irlanda, y se espera que los restos se puedan identificar a través del análisis forense, y finalmente ofrece un cierre a las familias que nunca han sido autorizadas a llorar a sus hijos perdidos.
El sitio en cuestión fue una vez la sede de la madre de St. Mary’s Mother and Baby, administrada por las hermanas Bon Secours, que estaba en funcionamiento de 1925 a 1961. Durante ese período, la estructura ofreció refugio a madres solteras y sus hijos, pero ahora se ha convertido en un símbolo de un capítulo mucho más oscuro en la historia de Irlanda. La casa fue manejada por las monjas de Bon Securs, una orden religiosa católica, y estaba destinada a recibir a mujeres embarazadas fuera del matrimonio, un estigma social en Irlanda de principios del siglo XX. Muchas de las madres que se quedaron allí eran pobres y vulnerables, a menudo dejadas sin ningún apoyo por parte de sus familias o comunidades.
Sin embargo, para los niños nacidos en la estructura, su vida habría estado marcada por negligencia y maltrato institucional. La mayoría de los niños que murieron en la estructura lo hicieron por desnutrición, negligencia o enfermedades no tratadas debido a la falta de asistencia médica adecuada. El descubrimiento de los restos en la fosa séptica fue el resultado de una investigación que comenzó en 2010, cuando los historiadores e investigadores locales comenzaron a hacer preguntas sobre lo que le había sucedido a los niños muertos en la estructura. Después de años de presión, el gobierno irlandés acordó comenzar una investigación formal en el sitio, llevando a las excavaciones forenses que ahora están en marcha.
Los equipos forenses están trabajando incansablemente en el sitio, descubriendo cuidadosamente los restos con la esperanza de identificar a los niños que han sido enterrados allí. Con el uso de técnicas forenses modernas, es posible que algunos de los niños sean identificados, lo que permite a las familias finalmente recibir las respuestas que han estado esperando durante décadas. Sin embargo, el peso emocional del descubrimiento es enorme, ya que muchos de los niños nunca han sido registrados oficialmente y no hay registros de sus muertos. El proceso de excavación ya ha revelado escenas difíciles de numerosos cuerpos abarrotados en una pequeña tumba sin nombre, un triste recordatorio de las horribles condiciones en las que fueron tratados estos niños.
Los restos de algunos de los bebés fueron encontrados en un estado que dejó en claro que habían sido enterrados apresuradamente y sin dignidad. El hecho de que estos niños se hayan dejado morir en tales condiciones y luego enterrados sin ceremonia o reconocimiento habla del problema más amplio de cómo la sociedad, y en particular la Iglesia Católica, trató con madres solteras y sus hijos en ese momento. El cierre de St. Mary’s en 1961 no marcó el final de la historia. El edificio en sí fue destruido y el sitio se transformó posteriormente en hogares. Hoy, el lugar está rodeado por una comunidad residencial, y el sitio de entierro infantil ha sido olvidado durante muchas décadas, con solo un pequeño monumento para informar su existencia.
Las excavaciones del “comune de la fosa” finalmente comenzaron a revelar la oscura historia de este lugar, excitando la indignación entre muchos, quienes creen que la verdad sobre lo que les sucedió a estos niños debería haber sido revelada mucho antes. Si bien la excavación de la fosa séptica representa un paso importante para comprender el alcance de los abusos en los niños en las estructuras manejadas por la Iglesia Católica, es solo la punta del iceberg. Han surgido informes de descubrimientos similares en otros sitios en Irlanda en los últimos años, y el gobierno irlandés ha enfrentado presiones crecientes para investigar el destino de otros niños que murieron en estructuras estatales durante este período.
Muchos sobrevivientes de estas casas, ahora mayores, han pedido al gobierno que haga más y se asegure de que los gerentes de los abusos en los niños estén llamados a responder por sus acciones. El gobierno irlandés se disculpó por su papel en permitir que estas instituciones trabajen durante tanto tiempo, pero para muchos, las disculpas no son suficientes. Los sobrevivientes y las familias afectados por la pérdida de sus hijos solicitan más: informes completos, compensación y el reconocimiento de los abusos sistemáticos que ocurrieron bajo el patrocinio de instituciones religiosas y estatales.
El descubrimiento de los restos de 796 niños en el sitio web de St. Mary representa una advertencia severa sobre los problemas profundos de abuso y negligencia en las instituciones que han oscurecido Irlanda durante décadas. Si bien el trabajo forense en curso podría ayudar a cerrar el caso para algunas familias, las cicatrices emocionales y sociales dejadas por este capítulo oscuro de la historia irlandesa requerirán mucho más tiempo para sanar. Las excavaciones e investigaciones en progreso en estos sitios podrían revelar verdades aún más inquietantes sobre cómo las mujeres y los niños fueron tratados en estructuras católicas en Irlanda, impulsando una conversación más amplia sobre el pasado del país y sobre la lucha por enfrentar la herencia de la influencia de la Iglesia en los años siguientes. Mientras las excavaciones continúan y se descubren otros cuerpos, el debate sobre cómo lidiar con el pasado se vuelve cada vez más.