Las declaraciones de Cristiano Ronaldo, siempre escasas pero explosivas, siguen dando de qué hablar. En noviembre de 2022, su entrevista con Piers Morgan sacudió el fútbol al criticar a Erik ten Hag y Wayne Rooney. Exiliado en Arabia Saudí, CR7 mantiene su estilo ofensivo y sin filtros.
Esta semana, Ronaldo defendió con orgullo su decisión de unirse a la Liga Saudí. “Me criticaron, pero abrí el camino y ahora todos vienen aquí”, afirmó con picardía. Su comentario incluyó un dardo directo a Lionel Messi, su eterno rival.
Ronaldo no se contuvo al comparar la liga saudí con la MLS, donde juega Messi. “La liga saudí es mejor que la MLS”, sentenció, minimizando el impacto competitivo de Estados Unidos. Su confianza desató una ola de reacciones en redes sociales.
CR7 se jactó de ser pionero en el fútbol saudí, atrayendo a estrellas como Neymar y Benzema. “Fui el primero en dar el paso valiente”, dijo tras un partido contra Al-Hilal. Su pulla a Messi incendió debates, con #RonaldoVsMessi en tendencia mundial.
En Arabia Saudí, Ronaldo lidera con Al-Nassr, sumando 10 goles en 8 partidos esta temporada. Su influencia trasciende: contratos millonarios, un museo en Riad y visitas de dignatarios. “Aquí soy rey”, bromeó, contrastando con su salida amarga de Manchester United.
Las críticas iniciales a su traspaso al Golfo lo tacharon de “fin de carrera”. Sin embargo, con 35 goles en 2023-24, superó a Haaland en ligas. “No me arrepiento, gano trofeos y respeto”, afirmó, desoyendo las voces europeas.
Messi brilla en la MLS con 12 goles y asistencias, pero Ronaldo lo menosprecia: “América es diversión, no competencia”. La rivalidad, nacida en 2009, sigue viva, con encuestas dando a CR7 un 55% como el GOAT tras sus declaraciones.
Al-Nassr planea extender su contrato hasta 2026, con opción de un retiro dorado. Ronaldo sueña con el Mundial 2026: “Volveré a Europa para ganar la Copa”. A los 38, su ambición inspira a jóvenes en academias saudíes.
La prensa española reaviva el duelo: Marca titula “Ronaldo humilla a Messi”, mientras AS defiende “MLS crece gracias a Leo”. En Portugal, A Bola lo corona “El más grande”, y DAZN destaca la inversión saudí: 2.000M frente a 500M de la MLS.
Georgina Rodríguez, su pareja, lo apoya desde Instagram, con 400M de seguidores viendo su vida de lujo. “Orgullosa de mi campeón”, escribe junto a fotos en yates del Golfo. La familia, unida, se aleja de los escándalos europeos.
Ronaldo aprende árabe, diciendo “أنا الأفضل” (Soy el mejor), y se integra a la cultura local. Reza en mezquitas y dona a causas benéficas, ganándose el cariño saudí. Su fluidez en meses sorprende a todos.
Tras un hat-trick contra Al-Ittihad, dedicó su actuación a los fans: “Esto es por vosotros, no por Europa”. El estadio vibró con banderas portuguesas, y los saudíes lo adoptan como ídolo nacional.
De cara al futuro, Ronaldo planea ser embajador de FIFA y dueño de un club saudí. “Construiré un imperio aquí”, asegura, con inversiones en tecnología y hoteles. Su patrimonio, según Forbes, alcanza los 1.200M euros.
Messi responde con un golazo en Miami y una sonrisa, usando el silencio como arma. Pero Ronaldo provoca: “Que venga a probar la liga real”. La rivalidad sigue alimentando pasiones globales.
En Riad, CR7 entrena doble sesión, manteniendo un físico de 25 años con disciplina estricta. Su nutricionista revela: “Come limpio, duerme 8 horas”. Su compromiso es un ejemplo para todos.
Sus declaraciones virales acumulan 50M de vistas en TikTok, con niños imitando: “¡La liga saudí es mejor!”. Genera un impacto cultural, inspirando a una nueva generación en el Golfo.
Ronaldo cierra con contundencia: “Elegí bien. Europa critica, yo conquisto”. A los 38, su legado es innegable, y su ambición, eterna. CR7 sigue siendo el centro del fútbol mundial.