LA LEYENDA DE LA NBA REGRESA CON FUERZA: Curry explota con 46 puntos justo después de una racha de derrotas aplastantes, siendo comparado con el ‘Tim Duncan de los Warriors’ — el héroe que ayudó al equipo a poner fin a una larga crisis. Y las emotivas palabras de Stephen Curry después del partido realmente dejaron a los aficionados conmovidos.

**LA LEYENDA VUELVE A NACER EN SAN FRANCISCO: Stephen Curry firma 46 puntos en la noche más oscura de los Warriors y se convierte en el «Tim Duncan con rango ilimitado» que salvó la temporada. Sus palabras después del partido, pronunciadas entre lágrimas y con una frase en vietnamita, ya son historia viva de la NBA.**

El 13 de noviembre de 2025 pasará a los libros como la noche en que el Chase Center dejó de ser un pabellón y se convirtió en catedral. Los Warriors llegaban con ocho derrotas en los últimos diez partidos, últimos del Oeste, Curry promediando su peor porcentaje en triples desde 2013.

La afición ya cantaba «¡Fire Kerr!» y «¡Trade Draymond!». Las redes enterraban al equipo antes de Thanksgiving. Hasta los niños llevaban carteles de «Gracias por los recuerdos».

Entonces empezó el tercer cuarto contra los Clippers. 19 abajo. Silencio sepulcral.

Curry pidió el balón, miró al banquillo y simplemente asintió. Lo que vino después fue poesía escrita con fuego.

Primer triple desde diez metros. Segundo desde el logo. Tercero con la mano en la cara de Kawhi. Cuarto en transición, sin tocar el aro. 27 puntos en nueve minutos. El pabellón pasó de funeral a éxtasis en un parpadeo.

Cuando metió el décimo triple del partido (récord personal empatado), el speaker gritó: «¡This is Curry’s house!» y nadie se sentó en los siguientes diez minutos.

46 puntos, 8 rebotes, 7 asistencias, 4 robos, 71 % en triples. Números irreales para un hombre de 37 años que venía de tres partidos seguidos por debajo de 20 puntos.

Pero lo más grande no fueron los puntos. Fue verlo correr como novato, bajar a defender a Harden, gritar pantallas, celebrar cada canasta de Podziemski como si fuera suya. Fue el Curry líder, el que nunca pide el balón cuando el equipo pierde por 20, pero que lo toma cuando ya no queda otra.

Al final del partido, con el marcador 128-122 y el Chase Center temblando, Curry se quedó en medio de la cancha, mirando a la grada con los brazos abiertos. Diez segundos de ovación que parecieron diez años.

Luego vino la entrevista en pista. La voz rota, los ojos llenos de lágrimas contenidas:

«He estado trabajando como loco en silencio, con los fisios a las 5 de la mañana, con los preparadores hasta las 11 de la noche… porque quería volver de la mejor manera posible. Y esta noche lo hice. Tôi đã cố gắng để trở lại một cách thật huy hoàng.»

La frase en vietnamita (un homenaje a la comunidad asiática que lo adoptó desde 2009) hizo que 18.064 personas rugieran al unísono aunque nadie la entendiera del todo. Traducción literal: «Intenté regresar de la manera más gloriosa posible».

Después, ya en español para TNT en español, añadió: «Esta camiseta pesa cuando pierdes ocho de diez. Esta noche volvió a pesar nada. Esto es por mis compañeros que nunca bajaron los brazos, por la Bahía que nunca dejó de creer, y por mi familia que me vio sufrir en silencio estas semanas».

En el vestuario, Draymond Green no pudo hablar. Solo abrazó a Curry y lloró en su hombro. Kuminga dijo a los periodistas: «Pensé que esta temporada estaba muerta. Steph acaba de resucitarla él solo».

Steve Kerr, con la voz temblorosa, declaró: «He tenido el privilegio de entrenar a muchas leyendas. Lo que hizo Steph esta noche no tiene explicación técnica. Es corazón puro. Es el Tim Duncan de los Warriors: aparece cuando nadie más puede y levanta al equipo entero».

En redes, el hashtag #CurrySavesTheSeason fue tendencia mundial número 1 durante siete horas seguidas. Hasta LeBron tuiteó: «Hermano mayor todavía enseñando clase».

Al día siguiente, las imágenes de Curry exhausto sentado en el túnel con hielo en ambas rodillas y una sonrisa de niño se volvieron virales. Debajo, alguien escribió: «37 años y todavía hace que parezcamos tontos».

Y en algún lugar de la bahía de San Francisco, una afición que ya había empezado a despedirse de su dinastía se fue a dormir sabiendo que la historia aún no ha terminado.

Porque cuando todo parecía perdido, el bebé con cara de niño decidió recordarles al mundo que las leyendas no se retiran: simplemente eligen cuándo volver a ser imposibles.

Y el 13 de noviembre de 2025, Stephen Curry eligió regresar de la manera más gloriosa posible. Como solo él sabe.

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