En un giro inesperado que sacudió tanto al mundo del entretenimiento como al del deporte, las leyendas de la televisión filipina Joey de Leon, Vic Sotto y tres presentadores veteranos de Eat Bulaga han renunciado oficialmente al programa, marcando el fin de una era para el programa de mediodía más longevo del país.
El impactante anuncio llegó apenas unas horas después de que las redes sociales estallaran con acusaciones de que los conductores habían “cruzado la línea” con comentarios emitidos al aire sobre la estrella del tenis filipina Alexandra Eala, la joven atleta que hizo historia con su sensacional actuación en el Abierto de Estados Unidos 2025.

Lo que comenzó como una charla ligera durante un segmento en vivo se convirtió en controversia cuando Joey de Leon supuestamente hizo bromas sarcásticas sobre el “origen familiar” de Eala e insinuó “historias ocultas” detrás de su ascenso a la fama.
Según clips virales compartidos en línea, los presentadores mencionaron cuatro supuestos “oscuros secretos” relacionados con la familia de Eala —comentarios que muchos espectadores calificaron de “crueles”, “sexistas” y “profundamente invasivos”.
La reacción fue inmediata y despiadada. En cuestión de minutos, hashtags como #RespectAlexEala, #BoycottEatBulaga y #ProtectWomenInSports dominaron X (antes Twitter), acumulando millones de interacciones.
Fans, atletas y celebridades condenaron lo que llamaron un “acto imperdonable de humillación pública” hacia una heroína nacional de 20 años que acababa de darle al país su momento más orgulloso en el tenis.
Eala, que acababa de regresar a casa tras su histórica participación en el US Open —donde se convirtió en la primera jugadora filipina en alcanzar los cuartos de final de un Grand Slam—, supuestamente rompió en llanto al enterarse del incidente.
Un amigo cercano de la familia declaró a los medios:
“Alex se sintió traicionada. Creció viendo Eat Bulaga; era parte de su infancia. Ver su nombre usado como chiste, especialmente después de un triunfo así, le rompió el corazón.”
A medida que aumentaba la presión, la cadena detrás de Eat Bulaga celebró una reunión de emergencia.
A la mañana siguiente, apareció una breve pero contundente declaración en su página oficial:
“Con efecto inmediato, el Sr. Joey de Leon, el Sr. Vic Sotto y tres coanfitriones han decidido renunciar a sus cargos. La dirección de Eat Bulaga reafirma su compromiso con el entretenimiento ético, la inclusión y el respeto hacia todas las personas.”
Sin embargo, pocas horas después, Joey de Leon y Vic Sotto ofrecieron una conferencia de prensa conjunta sorpresa, confirmando los rumores de que lanzarían un nuevo programa independiente bajo el icónico nombre TVJ (Tito-Vic-Joey), una reactivación de su trío original anterior a Eat Bulaga.
De Leon, visiblemente emocionado pero sin mostrar arrepentimiento, declaró:
“Hemos estado en esta industria durante décadas. A veces el humor se malinterpreta. Pero no dejaré que narrativas falsas destruyan toda una vida de trabajo. Seguimos adelante —no hacia atrás.”
Pero el daño ya estaba hecho.
Los críticos argumentaron que el problema no era un “malentendido humorístico”, sino un patrón de bromas anticuadas y de género que atacan a mujeres en el ojo público.
Periodistas señalaron que el caso de Eala representa un ajuste cultural más amplio en los medios filipinos, donde el público ya no tolera el “entretenimiento de la vieja escuela” que degrada u objetifica a mujeres jóvenes, especialmente a íconos nacionales.
Mientras tanto, Alexandra Eala rompió su silencio con una historia de Instagram que se volvió viral al instante.
Sobre un fondo negro, escribió simplemente:
“Juego al tenis con valentía, no con secretos. Mi familia me crió con amor, no con mentiras.”
El mensaje fue compartido más de 1,2 millones de veces en 24 horas.
Incluso estrellas internacionales del tenis, como Iga ĆwiÄ
tek y Coco Gauff, lo republicaron con palabras de apoyo, convirtiendo la controversia en una conversación global sobre respeto y responsabilidad en la cultura mediática.
En los días siguientes, peticiones para suspender la licencia de transmisión de Eat Bulaga reunieron más de 300.000 firmas, mientras que los patrocinadores comenzaron a reconsiderar sus asociaciones.
A pesar de la reacción negativa, el nuevo programa TVJ ganó rápidamente tracción —un testimonio de la popularidad duradera y la herencia polarizadora del trío.
Expertos de la industria describen este episodio como “la mayor crisis de identidad en la historia de la televisión filipina”.
Algunos creen que el regreso de TVJ podría tener éxito, atrayendo a los fanáticos nostálgicos que crecieron con su humor.
Otros piensan que podría marcar el final definitivo de una era del entretenimiento, ya que las nuevas generaciones exigen empatía, responsabilidad y modernidad en sus ídolos.
En cuanto a Alexandra Eala, ha vuelto a entrenar en Madrid, concentrada en sus próximos torneos.
Sin embargo, fuentes cercanas revelan que varias cadenas internacionales se han puesto en contacto para ofrecerle proyectos documentales para contar “su versión de la historia” —no sobre el escándalo, sino sobre la resiliencia.
Un periodista lo resumió perfectamente:
“Lo que comenzó como una broma descuidada se ha convertido en un terremoto cultural. Ya no se trata de TVJ ni de Eat Bulaga —se trata de una nueva generación que traza la línea entre el entretenimiento y el respeto.”
Si el nuevo programa del trío triunfará o fracasará aún está por verse.
Pero una cosa es segura —la risa se ha detenido, y Filipinas está escuchando.