El mundo del tenis quedó atónito después de que Jelena Djokovic, esposa del legendario jugador Novak Djokovic, revelara en una rara y emotiva entrevista que su esposo ha estado lidiando con problemas de salud más graves de lo que nadie imaginaba. Sus palabras —“Tiene que tomar medicación todas las noches solo para poder dormir”— se difundieron rápidamente por internet, generando preocupación entre los aficionados y desatando intensos debates sobre el impacto físico y mental que los años en la élite del tenis profesional pueden tener incluso en los atletas más grandes.

Según Jelena, la presión, el calendario implacable y el esfuerzo físico han empezado a afectar a Novak más profundamente de lo que él mismo ha admitido públicamente. “La gente ve los trofeos, las victorias y los récords”, dijo, “pero no ven el dolor detrás de ellos: el agotamiento, las noches en que no puede descansar, los momentos en que su cuerpo simplemente no responde”. Su sinceridad ofreció una rara mirada detrás del telón de una de las figuras más exitosas y, al mismo tiempo, más privadas del deporte.
Djokovic, ahora en sus últimos 30 años, ha pasado más de dos décadas dominando el mundo del tenis, convirtiéndose en uno de los mejores jugadores de la historia. Su incansable búsqueda de la excelencia, combinada con sus famosas rutinas estrictas y fortaleza mental, le ha valido la admiración de millones. Sin embargo, con la edad y los años de intensa competición, el costo de mantener ese nivel de rendimiento se ha vuelto cada vez más evidente. Se ha informado que Djokovic ha estado lidiando con problemas recurrentes relacionados con el hombro, la espalda y el sueño, aunque la naturaleza exacta de su estado de salud actual sigue siendo privada.
La revelación de Jelena no fue solo una declaración sobre el estado físico de su esposo, sino también un llamado a la comprensión. Ella enfatizó que detrás del atleta icónico hay un hombre que ha sacrificado casi todo por su deporte. “Él sigue adelante a pesar del dolor porque no quiere decepcionar a nadie”, dijo. “Pero a veces, incluso los más fuertes necesitan detenerse y sanar”. Sus palabras resonaron profundamente entre los fanáticos que han seguido la carrera de Djokovic desde sus primeros desafíos hasta sus logros históricos.
Tras la entrevista, las redes sociales se llenaron de mensajes de apoyo. Aficionados de todo el mundo expresaron su amor y ánimo, instando a Djokovic a priorizar su salud sobre la competencia. Muchos señalaron que su resiliencia a lo largo de los años los ha inspirado personalmente y esperan que se tome el tiempo necesario para recuperarse por completo. Algunos exjugadores y analistas también comentaron, destacando que las exigencias físicas y emocionales del tenis profesional suelen subestimarse por el público.
A pesar de la preocupación, quienes están cerca de Djokovic insisten en que él sigue mentalmente fuerte y optimista. Fuentes cercanas indican que actualmente está siguiendo un plan de recuperación guiado por especialistas médicos, equilibrando el descanso con entrenamientos ligeros. Jelena confirmó que, aunque la situación ha sido desafiante, Novak sigue decidido a volver a su mejor forma cuando llegue el momento adecuado. “Es un luchador, siempre lo ha sido”, dijo. “Pero esta vez está aprendiendo que luchar también significa saber cuándo cuidarse”.
La revelación ha generado un debate más amplio sobre el bienestar de los atletas, particularmente sobre las presiones ocultas que conlleva la fama y la expectativa. En los últimos años, más deportistas de élite han hablado abiertamente sobre el impacto que sus carreras han tenido en su salud mental y física. El caso de Djokovic puede convertirse ahora en un recordatorio poderoso de que incluso las leyendas son humanas: vulnerables al cansancio, al estrés y a los límites del cuerpo.
Mientras los fanáticos esperan nuevas actualizaciones, una cosa está clara: la sinceridad de Jelena ha humanizado a un hombre que a menudo se percibe como invencible. Sus palabras han despertado empatía incluso entre sus críticos más duros, recordándole al mundo que detrás de la determinación de un campeón hay un esposo, un padre y una persona que ha entregado todo a su pasión. Ya sea que Djokovic vuelva o no a dominar el deporte, su legado —y el amor y la lealtad de quienes lo rodean— permanece inquebrantable.