Fernando Torres ha sacudido nuevamente el mundo del fútbol y, sobre todo, el corazón colchonero con una declaración tan contundente como dolorosa: «Ya no volveré a ver ningún partido del Atlético de Madrid. Este ya no es el Atlético que yo ayudé a construir». El Niño, leyenda eterna del club rojiblanco, ha roto su silencio de manera definitiva y ha dejado claro que siente que la entidad que tanto amó y defendió durante años se ha alejado por completo de sus valores históricos.

En una entrevista concedida esta misma semana a un medio madrileño, Torres no se guardó nada. Visiblemente emocionado pero firme, el actual entrenador del Atlético de Madrid Juvenil A explicó que su decisión no responde a un enfado pasajero, sino a una profunda decepción acumulada durante los últimos años. «He intentado mantener la distancia y respetar desde dentro, pero ya no puedo seguir callado. El club ha cambiado tanto que a veces no lo reconozco», afirmó.
Aunque Torres evitó mencionar nombres propios de forma directa, sus palabras apuntaron claramente hacia un jugador que, según él, «ha hecho más daño al Atlético de Madrid que cualquier rival en los últimos tiempos». Fuentes cercanas al exdelantero señalan sin rodeos a João Félix como el principal objetivo de la crítica. El portugués, cedido al Chelsea y posteriormente traspasado al Benfica tras una relación tormentosa con el club y la afición, encarna para muchos —incluido Torres— el símbolo de una política de fichajes millonarios que no siempre ha respetado la identidad atlética.

«Se gastaron más de 120 millones en un jugador que nunca entendió lo que significa llevar este escudo. Y lo peor no fue el dinero, sino la forma en que se gestionó todo: declaraciones, gestos, faltas de respeto… Eso marcó un antes y un después», explicó Torres con evidente amargura. «Muchos aficionados veteranos, de los que llenaban el Vicente Calderón bajo la lluvia, han dejado de venir al Metropolitano porque sienten que ya no es su casa. Y tienen razón».
El exdelantero, que regresó al club en 2019 como entrenador de las categorías inferiores precisamente para «transmitir los valores del Atlético a las nuevas generaciones», reconoció que su labor se ha vuelto cada vez más complicada. «Yo les hablo a los chicos de lucha, de humildad, de no rendirse nunca… pero luego ven cosas que van en dirección contraria y me preguntan por qué. Y yo no tengo respuesta», confesó.

Torres también criticó la dirección deportiva actual, aunque con cuidado de no atacar directamente a personas concretas. «Se han priorizado nombres, marketing y operaciones mediáticas sobre el sentimiento de pertenencia. El Atlético siempre fue un club de gente trabajadora, de barrio, de orgullo obrero. Ahora a veces parece que solo importa el brillo y el dinero», lamentó.
La reacción de la afición no se ha hecho esperar. En redes sociales, el hashtag #GraciasFernando se convirtió rápidamente en tendencia mundial, mientras miles de colchoneros expresaban su tristeza y comprensión ante las palabras del ídolo. «El Niño ha dicho lo que muchos pensamos pero no nos atrevemos a decir», escribió un histórico socio del club. Otros, sin embargo, consideran que Torres debería haber mantenido su crítica dentro del club en lugar de hacerla pública.
Desde el Atlético de Madrid aún no ha habido respuesta oficial, pero fuentes internas aseguran que la directiva está «dolida» por las declaraciones de una de sus mayores leyendas. «Fernando es parte de la familia, y esto duele mucho. Pero también entendemos su frustración», reconoció un alto cargo del club en privado.
Lo cierto es que Torres no es el primero ni será el último exjugador en expresar su preocupación por el rumbo del Atlético. Figuras como Futre, Kiko o Gabi también han mostrado en los últimos años cierto desencanto con algunas decisiones del club. Sin embargo, nadie había llegado tan lejos como El Niño: renunciar por completo a seguir los partidos del equipo que lo vio nacer y al que le dio todo.
«Yo siempre seré del Atlético, eso no cambia. Pero ahora mismo necesito alejarme para no seguir sufriendo», cerró Torres con voz quebrada. «Ojalá algún día vuelva a sentir lo que sentía cuando era niño y veía al Atleti de Futre y Penev. Ese era mi Atlético. El de verdad».
Con 37 años y una carrera como entrenador que apenas comienza, Fernando Torres ha dado un paso valiente y doloroso. Ha elegido la verdad por encima del silencio cómodo que suelen mantener las leyendas. Y aunque su declaración haya abierto heridas, también ha puesto sobre la mesa una pregunta que muchos colchoneros se hacen en silencio: ¿queda algo del viejo Atlético de Madrid, o solo queda la camiseta?
El fútbol español, y especialmente el Atlético, no volverá a ser el mismo después de estas palabras. Porque cuando El Niño habla, el Metropolitano entero escucha… aunque ahora él ya no quiera mirar.