Un día que parecía normal para el FC Barcelona se convirtió en un auténtico thriller cuando, a primera hora de la mañana, un convoy de vehículos policiales irrumpió en las oficinas del club, en un evento que parece sacado de una película de espionaje. La FIFA, en un giro inesperado, ha decidido actuar y ha enviado a sus agentes para investigar a fondo los escándalos que han salpicado al club catalán durante años.

A las 8:17 de la mañana, la policía, acompañada por representantes de la FIFA, comenzó a confiscar documentos, dispositivos electrónicos y registros financieros relacionados con el caso Negreira y otros asuntos oscuros que han afectado la reputación del Barça. La situación se intensificó rápidamente; los agentes buscaban una carpeta clave bajo el nombre de “Proyecto D01”, que podría contener información comprometedora sobre pagos y favores arbitrales.

La razón detrás de esta repentina intervención es clara: la FIFA teme que el Mundial 2030, que se celebrará en España, Marruecos y Portugal, se vea manchado por un escándalo de grandes proporciones. Según fuentes cercanas, la presión ejercida por Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, ha sido determinante para que la FIFA actúe, ya que nadie quiere que la imagen del fútbol español se vea afectada por los escándalos del Barça.