La controversia estalló en un partido reciente cuando el árbitro Hernández Hernández tomó una decisión que dejó a los aficionados y expertos en completo asombro. En un momento crítico del encuentro, el jugador del Real Madrid, Aurélien Tchouaméni, cometió un claro penalti al tocar el balón con la mano dentro del área. A pesar de que la infracción era evidente, Hernández Hernández decidió no sancionar la jugada, generando una ola de indignación entre los seguidores del fútbol y los analistas del deporte.

La polémica se intensificó aún más cuando, tras revisar la jugada con el asistente VAR, el árbitro principal optó por rechazar la recomendación de revisión y no sancionar el penalti. Esta decisión, tomada en una situación tan clara y decisiva, desató una ola de críticas, ya que muchos consideran que el sistema VAR debería haber intervenido para corregir el error. Los aficionados, furiosos por lo que consideraron un evidente error de arbitraje, comenzaron a expresar su descontento a través de las redes sociales, exigiendo una explicación de la decisión tomada por el colegiado.

El rechazo a la revisión por parte de Hernández Hernández es particularmente sorprendente, dado que el VAR existe precisamente para corregir estos tipos de errores evidentes. En una jugada tan clara como la de Tchouaméni, donde el balón tocó de manera inconfundible la mano del jugador, muchos creen que la intervención del VAR debería haber sido determinante. Sin embargo, el árbitro no solo ignoró el VAR, sino que también dejó pasar la oportunidad de sancionar un penalti que podría haber tenido un impacto significativo en el resultado del partido.

Los expertos en arbitraje también se unieron a la ola de críticas, cuestionando la coherencia de las decisiones tomadas por los árbitros durante el partido. Muchos consideran que la negativa de Hernández Hernández a revisar la jugada con el VAR pone en duda la eficacia del sistema de revisión, que se ha implementado precisamente para garantizar decisiones más justas y precisas. La decisión también ha reavivado el debate sobre la consistencia de las sanciones y la capacidad de los árbitros para tomar decisiones clave bajo presión.

A medida que la polémica crecía, los aficionados no solo expresaron su frustración por la jugada en cuestión, sino que también comenzaron a cuestionar la imparcialidad del arbitraje en partidos de alto nivel. Para muchos, esta jugada fue un claro ejemplo de cómo el sistema de VAR no siempre garantiza decisiones justas y cómo los errores humanos aún pueden influir en el resultado de los partidos.

En conclusión, la decisión de Hernández Hernández de ignorar la infracción de Tchouaméni y rechazar la revisión del VAR ha generado una gran controversia en el mundo del fútbol. La indignación de los aficionados y expertos sigue creciendo, y muchos exigen una revisión de los protocolos del VAR para evitar que situaciones como esta se repitan en el futuro.