El mundo conoció a Gerard Piqué como el futbolista exitoso, el campeón del mundo, el empresario visionario que se atrevió a cambiar el tenis. Pero la imagen pulida del exjugador del FC Barcelona acaba de ser dinamitada por Jordi Martín, el paparazzi español que ha seguido cada uno de sus pasos durante más de una década. Martín, en un quiebre de silencio sin precedentes, ha desnudado el lado más oscuro del catalán, revelando una personalidad marcada por la soberbia, el control y una profunda prepotencia que, según su testimonio, fue la verdadera causa de la ruptura con Shakira, más que una simple infidelidad.
Las declaraciones de Jordi Martín no solo exponen el carácter de Piqué, sino que también ofrecen un vistazo descarnado al drama personal que vivió Shakira y a la “operación militar” que él mismo ejecutó para obtener la fotografía más buscada del año, aquella que confirmó la relación con Clara Chía. Es un relato de poder, ego, traición y el alto costo emocional y económico de la fama.

El Retrato de un Hombre Oscuro: “Prepotente, Racista y Homófobo”
Jordi Martín, quien se especializó en la vida de la pareja desde el “primer día” que se conocieron en el Rocking Rio de Madrid, asegura que su proximidad constante le permitió ver al hombre que se esconde detrás del éxito mediático. Su descripción de Piqué es demoledora y carece de matices.
Martín lo califica como “un tipo prepotente con un ego que no le cabe en el cuerpo”, alguien que “siempre quiso controlar todo” y que trata a la prensa y a su entorno “como si fuéramos inferiores”. Según el paparazzi, Piqué usa su fama para “humillar o manipular situaciones” y en su tono y mirada se puede percibir una “soberbia pura”. Acostumbrado a mandar y manejar los hilos, Piqué simplemente no tolera que nadie, “ni siquiera su pareja”, le lleve la contraria.
Pero el golpe más duro a la imagen pública del exdeportista llega al final de su intervención, cuando Martín se sincera sobre su relación “nefasta” y “horrible” con Piqué: “Es un tipo prepotente, chulo, agresivo, racista, homófobo y xenófobo. Lo tiene todo”. Es una acusación directa y sin precedentes que busca destrozar el mito del ídolo carismático, posicionando a Martín como un “protector silencioso” de Shakira.
La Guerra de Egos con Shakira y el Calvario de la Depresión
Según el análisis del paparazzi, la separación de la mediática pareja fue mucho más que un desliz. “Lo que pasó entre ellos fue mucho más profundo que una simple infidelidad: fue una guerra de poder, de egos, de orgullo y ahí Piqué siempre necesitó ganar, aunque eso significara perderlo todo”.
Martín revela el calvario que vivió Shakira, quien estaba sumida en una “depresión tremenda”. El momento de la crisis no pudo ser peor: no solo se enteraba de la infidelidad, sino que su padre, que había viajado desde Barranquilla para apoyarla, sufrió un “accidente gravísimo” y fue ingresado en la UCI, sin certeza de que sobreviviría. Shakira se encontraba “partida en mil pedazos”, cuidando a su padre con Piqué “fuera de casa” y con el mundo entero hablando de una joven de 22 años.
A pesar de no ser amigos, Martín se ha posicionado como su defensor en Latinoamérica, asegurando que ha habido imágenes de Shakira llorando que él simplemente prefirió no tomar porque “hay límites”. Su lealtad hacia la cantante lo llevó a una jugada estratégica de alto riesgo.
La “Operación Militar” y la Traición de 5.000 €
La búsqueda de la primera foto de Piqué con Clara Chía fue, en palabras de Martín, una “operación militar”. El paparazzi relata que el reto de encontrar a la pareja era de “nivel mundial”, pues Piqué se escondía de una manera impresionante.
La clave de la exclusiva llegó de la manera más dolorosa para el futbolista: la traición interna. Martín se dirigió a Cosmos, la empresa de Piqué, y le ofreció a una trabajadora “5.000 €” por la información, un monto que la empleada aceptó. La bomba que detonó la primicia fue el aviso de que Clara Chía acudiría con Piqué a la boda de un socio de la empresa.
La preparación fue exhaustiva. Martín viajó días antes al norte de Cataluña, se vistió de “camuflaje” y estudió cada rincón de la finca de la boda, mapeando entradas y anillos de seguridad, que incluían “drones, guardias y un control tremendo”. El costo de la “misión de guerra” no solo fue el pago a la informante, sino también el “mojar muchas manos” y la inversión en un teleobjetivo 600, uno de los grandes que “parecen un cañón”.
Cuando finalmente logró su objetivo y los vio bajarse de un Porsche gris, Martín supo que había capturado la “foto más buscada del año”. Esa imagen se convirtió en portada de la revista ¡Hola! y se distribuyó a nivel global.
El Pacto con Shakira: Una Estrategia de Imagen para el Contraataque
A pesar de tener la exclusiva más potente en sus manos, Jordi Martín tomó una decisión que marcó su posición en el drama: se fue directamente a la casa de Shakira. Habló con su hermano, Tonino, y le advirtió sobre la inminente publicación: “Tony, va a salir un reportaje enorme, es el momento de que tu hermana mueva ficha, que haga algo donde su imagen salga fortalecida porque Piqué va a quedar como el villano ante el mundo”.
Martín actuó como un estratega, no como un enemigo. Gracias a su advertencia, Shakira salió al día siguiente con sus hijos, Milan y Sasha, a un parque, “sonriendo, relajada, fuerte”. Esas fotografías, que mostraban una madre resurgiendo, salieron en exclusiva mundial en El Gordo y la Flaca, contrarrestando la imagen de la pareja y fortaleciendo la posición pública de la cantante.
Martín defendió su acción como una “obligación” hacia alguien a quien respeta. “Ayuda a tu hermana a que salga fortalecida porque en ese momento Shakira estaba viviendo un auténtico calvario”, le dijo a Tonino. Su relato establece que la narrativa del quiebre no solo fue periodística, sino una batalla de relaciones públicas donde el paparazzi se convirtió en aliado clave de uno de los bandos.

La Filosofía del Paparazzi: Dinero, Adrenalina y “Amistades de Conveniencia”
Martín confiesa que su carrera en el paparazzi fue accidental. Su punto de inflexión fue en Ibiza, cuando logró fotografiar a Leonardo DiCaprio y Naomi Campbell y vendió las imágenes por 9.000 libras, lo que equivalía a 12.000 €, “lo que gano en un año”. En ese momento, reconoció que lo que lo atrajo al oficio fue el dinero, por “vulgar que suene”.
Con el tiempo, la motivación cambió hacia la “adrenalina, el riesgo, el reto de contar lo que nadie se atreve”. Su ética de trabajo se basa en la investigación, la paciencia y la libertad para viajar rápidamente.
Reveló que su relación con las celebridades, como Iker Casillas y Sara Carbonero, se transformó de cacería en “amistad muy bonita”. Después de un tiempo, Sara le llamó y le propuso una alianza: “Si tú eres el que me saca todas las fotos, prefiero tener buena relación contigo”. Esta confianza lo llevó a dormir en su casa, hacer los reportajes más importantes de sus vidas e incluso conseguir la exclusiva de su boda.
Martín concluye que estas son “relaciones de conveniencia”: “Ellos te necesitan y tú a veces los necesitas a ellos”. Sin embargo, insiste en que su regla de oro es mantener siempre la vigilancia, pues en el oficio “si te confías, te la cuelan”. Esta filosofía profesional contrasta profundamente con su juicio personal y moral hacia Piqué, de quien se alegra “profundamente de que Sakira se haya liberado”. El testimonio de Jordi Martín no solo es una crónica de la farándula, sino una confesión de los secretos más íntimos del poder, la traición y la verdadera cara del hombre que fue un ídolo intocable.