En 1936, Hildegard Trutz, que acababa de graduarse de la escuela secundaria, fue seleccionada como una de las mujeres de “pura raza” del régimen nazi. Posteriormente, Trutz se convertiría en la amante de un oficial de las SS y daría a luz a los niños arios que el líder nazi Hitler deseaba desesperadamente.

Hildegard Trutz fue una de las muchas mujeres que pertenecían a un programa llamado Lebensborn (que significa “fuente de vida”) del régimen nazi bajo el liderazgo del dictador nazi Hitler.

Este programa fue implementado por los nazis para contrarrestar la marcada caída de la tasa de natalidad en Alemania, así como para crear la generación aria, la “raza superior” según la teoría de la eugenesia de Hitler.

Se estima que unos 20.000 niños nacieron y crecieron durante la época del poder absoluto de Hitler en Alemania. Estos niños arios rubios y de ojos azules se criaron principalmente en Alemania y Noruega.

Hildegard Trutz, con su cabello rubio, ojos azules, estatura alta y caderas y pelvis grandes, que facilitaban el parto, era considerada un ejemplo perfecto de la mujer “alemana ideal” que Hitler buscaba para tener hijos arios: la generación futura perfecta que lideraría la nación más adelante.

La razón por la que Hildegard Trutz y muchas otras mujeres alemanas decidieron dar a luz a estos niños arios de pura raza fue que estaban “locas” por Hitler y el régimen nazi. Creían que tenían un valor inmenso para el país.

Al participar en el programa Lebensborn, Trutz y las otras niñas tuvieron que firmar documentos renunciando a todos los derechos y deberes relacionados con los hijos que tenían porque los niños pasarían a ser propiedad del régimen nazi. Los bebés nacidos bajo este programa serían criados en academias nazis especiales.

Oficiales de las SS altos, sanos, rubios y de ojos azules fueron seleccionados como “compañeros” de Trutz y las otras niñas para engendrar bebés arios de pura raza.
Todas las niñas que participaban en este programa usaban un nombre falso y tampoco sabían el nombre real del padre del niño que llevaban.
Pocas semanas después de dar a luz, los niños fueron separados de sus madres. A partir de ese momento, Trutz, como muchas otras niñas, no supo nada de los hijos que habían tenido.
Después de que terminó la Segunda Guerra Mundial, muchos de los niños fueron adoptados. La mayoría de estos niños desconocían cómo llegaron al mundo.