Advertencia de contenido: Este artículo analiza acontecimientos históricos relacionados con el Holocausto, la deportación y la persecución, que pueden resultar angustiosos. Su objetivo es educar sobre las historias personales de las víctimas y la importancia de la memoria, fomentando la reflexión sobre los derechos humanos y los peligros de la discriminación.
Estella “Stella” Agsteribbe (1909-1943), gimnasta judía holandesa, ganó el oro en los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928 con su equipo, convirtiéndose en una heroína nacional. Nacida en Ámsterdam, su vida de logros deportivos terminó en tragedia como víctima del Holocausto. Deportada a Auschwitz en 1943, falleció a los 34 años. Este análisis, basado en fuentes verificadas como el Museo Conmemorativo del Holocausto de los Estados Unidos y los registros olímpicos, proporciona una visión objetiva de la vida, la gloria olímpica y el destino de Agsteribbe, fomentando el debate sobre el impacto del Holocausto en los atletas y el valor de la dignidad humana.

Vida temprana y ascenso atlético
Estella Blits, conocida como Stella Agsteribbe, nació el 6 de abril de 1909 en Ámsterdam, Países Bajos, hija de Samson Agsteribbe y Estherina Frank. De familia judía, sus padres la apodaron Stella. La vibrante comunidad judía de Ámsterdam alimentó sus primeros intereses.
Stella entrenó con Gerrit Kleerekoper, un cortador de diamantes judío y entrenador de gimnasia en el club BATO. En los Juegos Olímpicos de Ámsterdam de 1928 (del 28 de julio al 12 de agosto) se estrenó la gimnasia femenina por equipos en medio de críticas. Stella se unió a cinco compañeros de equipo judíos: Helena Nordheim, Ans Polak, Lea Nordheim, Judikje Simons y Elisabeth “Beth” Polak. Dirigidos por Kleerekoper, ganaron el oro en la prueba por equipos de aparatos, con 24.333 puntos.
Stella quedó tercera en los campeonatos holandeses en 1930 y 1934 (compitiendo como Estella Blits después de casarse con Samuel Blits, un compañero gimnasta y cortador de diamantes, en marzo de 1934). Tuvieron dos hijos: su hija Nanny (1935) y su hijo Alfred (1937). La familia vivía en Ámsterdam, donde Stella continuó haciendo gimnasia en medio del creciente antisemitismo.
El ascenso de Hitler y los desafíos de la emigración judía
Adolf Hitler se convirtió en Canciller el 30 de enero de 1933, iniciando políticas antijudías. En 1933, los 523.000 judíos de Alemania (menos del 1% de la población) enfrentaron oleadas iniciales de emigración: entre 37.000 y 38.000 huyeron a países vecinos como Francia, Bélgica, Países Bajos, Dinamarca, Checoslovaquia y Suiza. Los judíos políticamente activos eran los más propensos a irse.
Las Leyes de Nuremberg (septiembre de 1935) despojaron de los derechos civiles, pero la emigración se estancó debido a las restricciones estadounidenses y las reticencias europeas. De 1933 a 1935, los despidos de la función pública y los boicots provocaron huidas, pero las cifras disminuyeron a medida que regresó la estabilidad.
1938 se intensificó: el Anschluss de Austria (marzo), los asaltos de primavera/verano, la Kristallnacht (noviembre) y las confiscaciones de propiedades provocaron 36.000 emigrantes de Alemania/Austria en 1938 y 77.000 en 1939. La búsqueda de visas abrumó a los consulados, pero los destinos eran escasos.
Los judíos holandeses como los Agsteribbes enfrentaron amenazas similares después de la invasión de 1940, pero muchos, incluida la familia de Stella, se quedaron con la esperanza de la normalización.
Ocupación y deportación a Auschwitz

Alemania invadió los Países Bajos el 10 de mayo de 1940 y se rindió después de cinco días. Las medidas antijudías aumentaron: registro, estrellas amarillas (septiembre de 1941) y guetización. Las deportaciones de Ámsterdam en 1943 se dirigieron a familias.
El 7 de mayo de 1943, Stella, Samuel y sus hijos fueron deportados al campo de tránsito de Westerbork y luego a Auschwitz el 11 de junio de 1943. La familia llegó junta pero fue separada al ser seleccionada. Stella, Samuel, Nanny y Alfred fueron gaseados al llegar o asesinados poco después.
Stella falleció a los 34 años y su oro olímpico es un recuerdo lejano. El entrenador Kleerekoper y sus compañeros también murieron en Auschwitz o Sobibór.
Legado y Reflexión
La historia de Agsteribbe destaca el alcance del Holocausto en los deportes, diezmando a los atletas judíos. La aniquilación del equipo de 1928 (seis de siete asesinados) simboliza la pérdida de potencial. El Comité Olímpico Holandés los honra con un monumento conmemorativo.
Los historiadores señalan que las deportaciones de judíos holandeses de la década de 1940 mataron al 75% de los 140.000, y 102.000 fueron asesinados. El destino de Stella subraya las consecuencias de la indiferencia.
El triunfo de Estella Agsteribbe con la medalla de oro tras su muerte en Auschwitz encarna la devastación del Holocausto. De gimnasta de Ámsterdam a víctima de la marea creciente de 1933, su historia insta a recordar a los 16.000 atletas judíos holandeses perdidos. Para los entusiastas de la historia, el legado de Agsteribbe exige la defensa de los derechos humanos, la prevención del genocidio y la prevención del genocidio. Fuentes verificadas como el USHMM garantizan una educación precisa, promoviendo un mundo libre de discriminación.