Lamine Yamal ha vuelto a demostrar por qué es una de las mayores joyas del fútbol mundial. En el partido correspondiente a la jornada 4 de la fase de liga de la UEFA Champions League 2025-26, disputado en el estadio Jan Breydel de Brujas, el joven extremo de 18 años salvó al FC Barcelona de una derrota dolorosa ante el Club Brugge con un gol tan extraño como increíble que aún hoy nadie ha terminado de comprender del todo. Lo que parecía un centro rutinario al área se convirtió en una obra maestra inesperada que terminó colándose por la escuadra, dejando al portero rival petrificado y al mundo del fútbol boquiabierto. 😱

El encuentro comenzó de la peor manera posible para los culés. Apenas en el minuto 6, Romeo Tresoldi adelantó al Club Brugge con un remate certero que aprovechó un error en la salida de balón del Barcelona. La respuesta blaugrana fue inmediata: dos minutos después, en el 8’, Ferran Torres igualó el marcador con un disparo ajustado tras una gran combinación en el área. Sin embargo, la alegría duró poco. En el minuto 17, Carlos Forbs, la gran pesadilla de la defensa culé, volvió a poner por delante a los locales con un gol que evidenció las graves lagunas defensivas del equipo de Hansi Flick. El Barcelona se vio dos goles abajo en menos de veinte minutos, algo nunca antes visto en su historia en Champions League.

El primer tiempo transcurrió con un Barcelona dominador en posesión pero incapaz de generar peligro real. Jules Koundé estrelló un disparo en el poste, y las ocasiones claras brillaron por su ausencia. Al descanso, el 2-1 reflejaba la superioridad belga en los duelos individuales y la fragilidad de la línea defensiva visitante, que sufría cada vez que Forbs aceleraba por banda.

Tras la reanudación, el panorama empeoró. En el minuto 63, apenas tres minutos después de volver del vestuario, Carlos Forbs firmó su doblete y puso el 3-1 en el marcador. El Club Brugge olía la sangre y el Barcelona parecía destinado a una derrota humillante en tierras belgas. Fue entonces cuando apareció la magia de Lamine Yamal.

Corría el minuto 61 —aunque algunas crónicas sitúan el tanto en el 63’ por la secuencia de jugadas— cuando el canterano recibió el balón en la banda derecha, cerca del área grande. Con varios compañeros esperando dentro del área, Yamal levantó la cabeza y ejecutó lo que parecía un centro al segundo palo. Sin embargo, el balón tomó una trayectoria endiablada: describió una parábola imposible, ganó altura, se coló por la escuadra contraria y se alojó en la red sin que el guardameta pudiera hacer nada. Ni él mismo parecía creérselo. El propio Yamal celebró con una mezcla de sorpresa y euforia, mientras sus compañeros corrían a abrazarlo. El gol, que muchos han calificado como “candidato al Premio Puskás”, redujo distancias y devolvió la esperanza al Barcelona: 3-2.

Pero la noche de Yamal no terminó ahí. En el minuto 77, el extremo volvió a ser protagonista. Con una conducción vertiginosa por el flanco derecho, dejó atrás a dos defensores y forzó un centro raso que Christos Tzolis, en su intento por despejar, introdujo en su propia portería. Empate a tres. El Barcelona, que había estado al borde del abismo, resucitaba gracias a la genialidad de su joven estrella.

El partido aún guardaba una última emoción. En el tiempo añadido, Romeo Vermant marcó lo que parecía el gol de la victoria para el Club Brugge, pero el VAR intervino y anuló la jugada por fuera de juego milimétrico. El 3-3 final dejó un sabor agridulce: alivio para el Barcelona, frustración para un Brugge que mereció más.

Con este resultado, el FC Barcelona se sitúa en la undécima posición de la tabla de la Champions League con 7 puntos tras cuatro jornadas, mientras que el Club Brugge ocupa el puesto 22 con 4 puntos. Aunque el empate evita una crisis mayor, expone las serias debilidades defensivas del equipo catalán, que ha encajado ocho goles en sus últimos tres partidos europeos.

Lamine Yamal, nombrado MVP del encuentro, terminó con un gol y una asistencia en su cuenta personal. Su tanto, ese “centro-gol” que nadie esperaba, ya circula por todas las redes sociales y portales deportivos. Analistas, exjugadores y aficionados coinciden: fue un gol extraño, casi irreal, que salvó al Barcelona de una derrota que habría sido devastadora para la moral del equipo. Incluso el propio Hansi Flick, en rueda de prensa, admitió: “No sé si fue centro o disparo, pero fue decisivo. Lamine es especial”.

El historial entre ambos clubes favorece claramente al Barcelona. Antes de este empate, los culés habían ganado los tres enfrentamientos previos en competiciones UEFA: 3-0 en el Camp Nou y 0-2 en Brujas en la temporada 2002-03. Sin embargo, este 3-3 rompe la racha invicta blaugrana ante los belgas y pone en alerta al cuerpo técnico.

El gol de Lamine Yamal no solo sumó un punto valioso, sino que reforzó su candidatura a ser una de las grandes estrellas del fútbol europeo en los próximos años. A sus 18 años, ya carga con la responsabilidad de rescatar a uno de los clubes más grandes del mundo en noches complicadas. Y lo hace con una naturalidad que asombra.

Si quieres revivir el momento exacto, el gol completo de Lamine Yamal contra el Club Brugge está disponible en el primer comentario de las publicaciones oficiales del FC Barcelona y de la UEFA en redes sociales. No te lo pierdas: es uno de esos instantes que quedarán grabados en la memoria colectiva del fútbol. 😳😮

En definitiva, el Barcelona sigue vivo en la Champions gracias a un chico que, con un simple gesto técnico, convirtió un centro fallido en una obra de arte. Lamine Yamal no solo salvó un punto: salvó una noche, una imagen y, quién sabe, quizás el rumbo de toda una temporada. El fútbol, una vez más, nos recuerda por qué lo amamos: porque a veces, lo imposible se hace realidad en 90 minutos.