ICE CUBE “IMPLACABLE” ASIENTA UN GOLPE MORTAL A ANGEL REESE: “¡NO SE PUEDE COMPARAR CON LOS 5 MILLONES DE DÓLARES DE CAITLIN CLARK!” ¡EL CONTRATO PUBLICITARIO MILLONARIO SE DESVANECE EN EL AIRE! La declaración helada de Cube —”solo es dinero, no un juego”— encendió una tormenta de indignación en X, donde los fanáticos de Reese denunciaron al unísono un “sistema de discriminación racial” después de que Reebok y Beats se retiraran silenciosamente de los acuerdos. El caso está incendiando las redes sociales, empujando a Reese al borde del colapso profesional, mientras el secreto detrás del supuesto “favoritismo hacia los blancos” comienza a salir a la luz.
La industria del deporte y el entretenimiento vive una nueva polémica tras las declaraciones de Ice Cube, quien sin piedad marcó distancia entre dos de las figuras más mediáticas del baloncesto femenino estadounidense: Angel Reese y Caitlin Clark. Con una frase que retumbó en todos los rincones de la WNBA —“No se puede comparar con los 5 millones de dólares de Caitlin Clark”—, el rapero y empresario desató un torbellino que ha puesto en jaque la reputación y las oportunidades comerciales de Reese.

La jugadora de Chicago Sky, considerada una de las caras jóvenes más carismáticas del baloncesto, había construido una imagen fuerte y popular, pero las palabras de Cube han sido un golpe devastador. Poco después de sus declaraciones, Reebok y Beats, dos de las marcas que mantenían negociaciones para contratos millonarios con Reese, se retiraron sin dar explicaciones. Lo que parecía ser una alianza prometedora se evaporó, dejando tras de sí un aire de tensión y sospecha.

En la plataforma X (antes Twitter), el escándalo estalló de inmediato. Miles de usuarios denunciaron lo que consideran una muestra más del racismo sistémico que persiste en la industria del deporte. “No es coincidencia que a una mujer negra se le cierren las puertas justo después de que la comparen con una atleta blanca”, escribió un usuario, en uno de los comentarios más compartidos. Otros señalaron que la diferencia de trato entre Reese y Clark refleja una estructura de privilegio profundamente arraigada.
Mientras tanto, Ice Cube defendió su posición diciendo que “solo es dinero, no un juego”, insinuando que las marcas simplemente responden a la lógica del mercado. Sin embargo, sus palabras fueron percibidas como frías e insensibles, especialmente viniendo de alguien que ha sido una figura influyente en la cultura afroamericana. Para muchos, su tono “implacable” simboliza una traición hacia una atleta que representa la lucha y la determinación de las mujeres negras en el deporte.
El entorno de Reese guarda silencio, aunque fuentes cercanas aseguran que la jugadora está devastada y considerando alejarse temporalmente del foco mediático. Su nombre, que hasta hace poco brillaba en las campañas publicitarias y en las redes sociales, ahora se ve rodeado de controversia e incertidumbre.
Mientras los fanáticos continúan dividiéndose entre quienes defienden a Cube y quienes exigen justicia para Reese, una pregunta resuena: ¿es esta una simple disputa de mercado o el reflejo de un problema más profundo? La respuesta, como muchos sospechan, podría estar en la delgada línea entre el negocio y la discriminación, una línea que hoy se muestra más visible y peligrosa que nunca.