En un emocionante enfrentamiento de El Clásico el 11 de mayo de 2025, en el Estadi Olímpic Lluís Companys, el Barcelona superó al Real Madrid 4-3 en un partido lleno de drama, brillantez ofensiva y una destacada actuación defensiva de una fuente inesperada: Iñigo Martínez.

Mientras que la atención se centraba en el despliegue ofensivo de Kylian Mbappé, Raphinha y Lamine Yamal, fue la silenciosa dominación de Martínez en la defensa lo que le valió alabanzas raras por parte del entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti.

“Hoy verdaderamente confirmé que es un monstruo”, dijo Ancelotti después del partido, refiriéndose al veterano defensor del Barcelona. “No es de extrañar que lo llamaran así la semana pasada. Jugadores como él son increíblemente difíciles de encontrar. Si no fuera por una cosa, quizás los habríamos vencido.”

La defensa del Barcelona había sido debilitada por la ausencia de los titulares habituales Ronald Araújo y Andreas Christensen, pero Martínez se levantó a la ocasión. Anclando la línea defensiva, interrumpió el ritmo del Madrid, deteniendo repetidamente los ataques y guiando a sus compañeros con calma y autoridad.

El propio partido fue una montaña rusa. El Real Madrid se adelantó primero, con Mbappé anotando dos goles en 14 minutos. Pero el Barcelona respondió con fuerza: Eric García marcó de cabeza en un córner, Lamine Yamal anotó un espectacular gol del empate, y Raphinha añadió dos más para darle al Barça una ventaja de 4-2 al descanso.
Mbappé completó su hat-trick en la segunda mitad para reducir la diferencia a uno, pero el Barcelona resistió, gracias en gran parte a la defensa serena de Martínez bajo una presión intensa.
El elogio de Ancelotti fue más que un acto de deportividad: reconoció la crucial influencia que Martínez tuvo en el partido. “Es un tipo raro”, dijo el entrenador italiano. “Fuerte, inteligente, un verdadero líder en la defensa.”
Con el Barcelona apuntando al título de La Liga, actuaciones como la de Martínez podrían ser vitales en la recta final. Sus heroicas en El Clásico pueden no dominar los titulares como un gol de último minuto, pero su influencia no pasó desapercibida, incluso por parte de la oposición.
En un partido cargado de estrellas, fue la excelencia silenciosa de un defensor experimentado la que se ganó el respeto más profundo, demostrando una vez más que, a veces, son los héroes no reconocidos quienes definen los partidos más grandes.