Recientemente, la comunidad del tenis se vio sacudida por las conmovedoras y sorprendentes declaraciones de Raquel Pedraza, exesposa del famoso tenista estadounidense Taylor Fritz. En un video de tres minutos que rápidamente se viralizó en las redes sociales, Raquel no solo expuso su dolor personal, sino que también lanzó fuertes acusaciones contra su exmarido, quien hasta ahora había sido visto como un “Padre Modelo” por sus seguidores. Con la voz entrecortada y los ojos rojos, Raquel desnudó una realidad que, según ella, muchos desconocen.
En el video, Raquel revela que sacrificó su carrera tenística para dedicarse al cuidado de su hijo Jordan, mientras Fritz continuaba con su exitosa carrera profesional. “He puesto mi vida en pausa para criar a nuestro hijo, mientras él sigue adelante, disfrutando de su carrera, su vida, y ahora con su nueva novia. Yo solo quiero que pase tiempo real con nuestro hijo, no solo FaceTime o regalos caros”, expresó Raquel, visiblemente emocionada.
La reacción de Raquel surge en un momento crítico. Mientras Taylor Fritz ha sido admirado públicamente por su rol de padre, Raquel deja en claro que la realidad es muy diferente. “No quiero arruinar su carrera, pero todos necesitan saber la verdad”, afirmó, al tiempo que revelaba cómo, según ella, Fritz ha estado más centrado en su vida social que en el bienestar de su hijo.
Por su parte, Fritz y sus seguidores rápidamente respondieron, defendiendo su imagen y descalificando las acusaciones de Raquel. Un portavoz cercano al tenista comentó que Raquel “está utilizando su nombre para hacerse famosa”, insinuando que sus declaraciones estaban más motivadas por el deseo de atención que por el bienestar de su hijo.
Este enfrentamiento ha puesto en duda la imagen pública de Fritz, quien hasta ahora había sido admirado no solo por sus logros en el tenis, sino también por su aparente dedicación a su familia. Las redes sociales estallaron con reacciones divididas, algunos apoyando a Raquel, mientras que otros defienden a Fritz, considerándolo injustamente atacado.
El caso de Raquel Pedraza y Taylor Fritz abre un debate más amplio sobre la presión que enfrentan los deportistas profesionales para equilibrar su carrera y su vida familiar. La carrera de Fritz continúa en ascenso, pero ahora los ojos de la comunidad del tenis están puestos en su vida personal, especialmente en su relación con su hijo. ¿Será este el final de la imagen del “Padre Modelo” que Fritz había cultivado? Solo el tiempo dirá.
Raquel Pedraza ha dejado claro que su objetivo no es destruir la carrera de su exmarido, sino simplemente exigir lo que ella considera es lo mejor para su hijo: un padre presente, no solo a través de regalos costosos o videollamadas, sino con su tiempo y cariño. La batalla por la custodia y la crianza de su hijo, en este caso, es mucho más que una disputa pública; es un llamado a reflexionar sobre las prioridades familiares frente a las exigencias de una carrera deportiva de élite.